La violencia intrafamiliar no sólo afecta a mujeres y niños; también son víctimas los hombres, quienes no denuncian debido a la cultura machista que priva en las comunidades de las Altas Montañas. “Nunca me imaginé que hubiera hombres maltratados en el Municipio de Acultzingo”, dijo Rubisela Romero Andrade, delegada estatal de la Unión Internacional por los Derechos de Todos (UIDT).
Expresó que en esa localidad el machismo predomina, los hombres son los que mandan, “pero te encuentras cada caso de varones que hasta llorando llegan el DIF Municipal pidiendo auxilio”, dijo y mencionó que el titular del DIF reconoce el número de casos que recibe de caballeros maltratados.
Refirió que es más difícil que un hombre pida ayuda y denuncie, porque piensa que no le van a creer, ya que siempre la que es víctima de abuso es la mujer. “Cree que la autoridad va a darle la razón a la mujer, no al hombre; aunque ahora con la equidad de género es diferente, pero las parejas no saben que hoy, ambos tienen los mismos derechos”, explicó.
Reveló que la mayoría de los casos de varones maltratados no llega a la fiscalía, se quedan en el área conciliatoria del DIF; ahí firman un documento de mutuo acuerdo, ahí arreglan el asunto.
Los casos de hombres maltratados ocurren tanto en la cabecera municipal de Acultzingo como en la zona serrana. Hay quienes ya no aguantan, escapan de la casa y van a denunciar a su mujer, mencionó.
El maltrato más frecuente que afrontan, dijo es el psicológico, las humillaciones y, aunque la fuerza de un hombre es mayor a la de la mujer, algunos no se salvan de los cinturonazos, detalló.
Resaltó que la violencia contra los hombres la ejercen la esposa o concubina, la mayoría no denuncia por la cultura machista y el temor a las burlas. “Esta situación de hombres que han vivido violencia no es menos grave que la que sufren las mujeres”, concluyó.
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