El pasado 25 de noviembre se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer y como en otras ocasiones en que se aprueba y promulga alguna Ley que protege a las mujeres, me tocó escuchar a más de un hombre exclamar: ¡Y mis derechos humanos que! ¿No que hombres y mujeres somos iguales ante la Ley?
Dichos comentarios derivan de que efectivamente las mujeres en México y Jalisco tienen varias leyes especiales e instrumentos internacionales que como grupo vulnerable las protegen y que son las siguientes:
– Declaración de Naciones Unidas en contra de la Violencia hacia las Mujeres.
– Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer.
– Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.
– Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
– Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida libre de Violencia.
– Norma Oficial Mexicana (190-SSA1-1999), denominada «Criterios para la Atención Médica de la Violencia Familiar.
– Ley Estatal para la Prevención y Atención de la Violencia Intrafamiliar .
– Ley Estatal para la Detección, Prevención y Erradicación de la Violencia de Género en contra de las Mujeres para el Estado de Jalisco y sus Municipios.
– Ley del Instituto Jalisciense de las Mujeres.
– Ley Estatal para Prevenir Combatir y Erradicar la Trata de Personas.
– Código Penal de Jalisco, tipifica la figura jurídica del delito de feminicidio, con una penalidad de 20 a 40 años de prisión a quien lo cometa por motivos de odio o discriminación de género.
– Además las mujeres tienen su Año Internacional y Día Internacional.
Contrario a todo lo anterior, los hombres no tenemos nuestro día y año internacional, no se ha tipificado el «masculinicidio» como delito (a pesar de que son asesinados muchos más hombres que mujeres), mucho menos tenemos el cúmulo de leyes e instrumentos internacionales que nos protejan como a la mujer. Sin embargo ello no justifica que los hombres debamos de sentirnos discriminados, por que a pesar de toda la legislación enumerada a favor de la mujer, seguimos todavía siendo una sociedad que violenta y relega al género femenino, fenómeno conocido como discriminación negativa. Según el INEGI la mayoría de las mujeres que viven casadas o en unión libre sufren de violencia de su pareja masculina y hasta de sus hijos. La violencia puede ser psicológica, física, patrimonial, económica y sexual. La misma se manifiesta tanto en los sectores marginales como en los de la clase económica alta y prácticamente en todas las edades a partir de la adolescencia, sin importar siquiera el grado de estudios.
Ante todo este escenario, los hombres en realidad no somos discriminados ya que este fenómeno socio jurídico, al que algunos llaman pirotecnia legislativa (por que no da resultados concretos); de proteger mediante normas jurídicas y políticas públicas a un grupo vulnerable se le conoce como discriminación positiva y va dirigida a mejorar la calidad de vida de las mujeres intentando proporcionarles la oportunidad de equiparar su situación histórica de desventaja social.
La violencia intrafamiliar de la que forma parte la violencia contra la mujer (violencia de género) es la madre de todas las demás conductas violentas, de ahí su importancia en la prevención y combate a la misma. Los que pertenecemos al genero masculino, debemos hacer conciencia y aceptar que seguimos siendo una sociedad que reproduce la violencia contra la mujer y que cuando esta disminuya, en automático disminuirán la mayoría de las conductas antisociales. La tarea entonces es cumplir y hacer cumplir esas leyes, no ponernos en el papel de víctimas de discriminación.
http://www.oem.com.mx/notas/n3213636.htm
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