Cuando se habla sobre discriminación rápidamente suele asociarse con la mujer, vienen a la mente los prejuicios y la viva imagen de un hombre quien lleva la etiqueta de agresor. Sin embargo, esta acusación suele ser generalizada pero ¿qué pasa con los hombres que sufren discriminación? ¿Hay personas que los defiendan?. Primeramente se debe tener claro qué es la discriminación, según El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, en su apartado Discriminación e Igualdad dice “La discriminación es una práctica cotidiana que consiste en dar un trato desfavorable o de desprecio inmerecido a determinada persona o grupo, que a veces no percibimos, pero que en algún momento la hemos causado o recibido”.
La discriminación en hombres ha sido menos escuchada, ignorada y burlada, por ejemplo, para los hombres es difícil conseguir un trabajo después de una determinada edad, a la empresa no le importa su historial laboral o si son buenos en ejercer la labor, si son mayores de 40 años ya no tienen oportunidad de conseguir un trabajo que cubra las necedades primordiales de una familia.
Otro claro ejemplo es cuando los hombres deciden hablar sobre el maltrato que recibe por parte de la mujer, la ayuda que se les brinda no es la misma que se le da a una mujer. Las personas tienen el prejuicio de ¿cómo una mujer puede maltratar a un hombre? ¿No será al revés y es un mentiroso? Incluso los hombres se burlan del hombre maltratado, lo atacan con palabrerías como: “Marica”, “Mandilón”, “¿Qué no eres hombrecito?”, “Los hombres no lloran”
Hoy en día en todas partes existe discriminación hacia los hombres silenciada y aceptada por los mismos hombres. En los antros se pide un cover a los hombres, las mujeres mientras asistan bonitas, pintadas y con escote su entrada es gratis. En el Transporte Colectivo Metro hay vagones reservados sólo para mujeres y si un hombre llega a desobedecer esa línea, ellas toman medidas por su propia mano, los insultan, golpean, ¿que acaso eso no es violentar a un hombre? Cuando lo único que hizo fue cruzar esa línea divisora, sin siquiera alzar la mano o mirar acosadoramente a una mujer. Eso es etiquetar y hacerse de prejuicios que sobrepasan todo.
En cuanto al acoso sexual en los hombres, es una clara realidad incluso en el lugar de trabajo lo sufren. Hay miles de casos en donde los niños son abusados sexualmente, sufren violencia familiar e incluso acoso en la escuela. ¿Quién habla de ello?
El punto es que las personas masculinas, llámese niños, jóvenes u hombres, sufren discriminación y nadie habla o defiende como lo hacen con las mujeres, incluso existe el termino feminicidio, el cual según Casa Amiga significa “el crimen cometido por hombres en contra de mujeres y si bien ocurre en todo el mundo, en nuestra Patria se conoce gracias al esfuerzo de organizaciones civiles de Ciudad Juárez que salieron a las calles para protestar por los asesinatos de mujeres jóvenes y niñas que fueron secuestradas, brutalmente torturadas, violadas y finalmente asesinadas por uno o varios individuos. Crímenes a la fecha impunes”. De acuerdo a esta definición quiero aclarar que no se debe generalizar ni etiquetar a todos los hombres como acosadores, es cierto que los casos de las mujeres superan el número de los hombres violentados, no es excusa para dejar de lado el tema de la discriminación masculina.
La revista India Maggcom lazó hace un tiempo una campaña con el hashtag “#DontMancriminate” la cual básicamente tiene como objetivo el tema de la discriminación que viven actualmente hombres y mujeres, la única diferencia es que se centra más en la discriminación que sufren los hombres por parte de las mujeres.
La campaña organizada por esta revista de moda y tendencias pone en acción una dinámica en donde se muestran carteles con la imagen de un hombre con la boca tapada, se leen diferentes leyendas como “Cuando tú me abofeteas es porque yo estoy equivocado. Cuando yo te doy una bofetada es porque soy agresivo”.
http://agoramex.org/dontmancriminate/
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