El tema de los hombres maltratados ni siquiera se nombra en nuestro país. Entre los adolescentes de secundaria, 68 por ciento acepta que son violentos y se asumen responsables por eso; las chicas, en cambio, no aceptan que viven relaciones de intimidación en la escuela, casa o medio social. La violencia, aclaró Nelly Tello Peón, profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se ejerce de acuerdo con las posibilidades de cada individuo.
Si el hombre es más fuerte ejecuta la violencia física; sin embargo, la mujer puede usar la emocional y sicológica, aunque eso «no le quita impacto». La especialista subrayó, asimismo, que «el tema de los hombres maltratados aún no está socializado», pues son pocos los que reconocen una situación así. Al participar en la mesa denominada Hombres maltratados, celebrada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Tello Peón reiteró que este conflicto social es más habitual de lo que parece. «Hay que reconocer que se da en nuestras vidas; no obstante, el problema más complejo es que ni siquiera se nombra y hacerlo se vuelve una osadía.» Centros de atención en Veracruz y Sinaloa
Abordar este tema desde el ámbito social ayuda a la construcción de las relaciones de género, sostuvo. «Debemos entender que se trata de un hecho complejo, porque se entreteje la realidad de un solo fenómeno desde muchas interacciones, donde es difícil seguir una relación causa-efecto lineal, y donde es necesario asumir una perspectiva trans-disciplinaria».
En Estados Unidos se ha calculado que existe hasta 8 por ciento de hombres maltratados por su pareja, debido a que quienes reconocen esta dificultad han buscado ayuda, informó la académica.
Por su parte, en España, donde ya existen instituciones específicas para atender estos casos, se habla de 2 por ciento. En México, únicamente en Veracruz y Sinaloa hay organizaciones no gubernamentales que se encargan de atender a los varones que han superado la «barrera de la vergüenza» y reconocen abiertamente que no saben qué hacer.
Tello Peón reiteró que entre los adolescentes que cursan estudios de secundaria 68 por ciento acepta que son violentos y reconocen que enfrentan esta problemática; sin embargo, a las chicas les cuesta más trabajo reconocer que viven situaciones de intimidación. Estos patrones y representaciones sociales y culturales confirman el paradigma de que el violento es el hombre y no la mujer, detalló.
La especialista indicó que son varias las razones que generan esta situación. Por ejemplo, dice, un hombre sin trabajo se siente humillado, derrotado, y esos factores sociales lo afectan de manera personal. Inclusive, señala, los varones se suicidan con más frecuencia que las mujeres, «lo cual revela insatisfacción e impotencia; se saben maltratados y son incapaces de darle salida al problema», indicó.
http://www.jornada.unam.mx/2006/06/17/index.php?section=sociedad&article=038n3soc
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